domingo, 3 de octubre de 2010

¿A dónde va la memoria cuándo llega la muerte?

Independientemente de cuál sea tu religión, todos tenemos un poco de incertidumbre sobre nuestro paradero al final de nuestros días. El ideal teosófico nos enseña que no somos el cuerpo, el cuerpo es apenas un vehículo (a veces hermoso, a veces descuidado) pero a final de cuentas un vehículo en el cual aprendemos los vericuetos y conscupiscencias de la vida terrenal. El verdadero Yo es inmortal, es espiritual,  es elevada cosa. 
Y si bien acordamos en este punto, podremos preguntarnos: ¿A quién pertenece la memoria? ¿Al cuerpo? ¿Al espíritu? ¿Es la memoria una serie de neuro-transmisores y sustancias químicas alojadas en las redes neuronales?  o es la memoria un registro astral, casi mágico, envolvente y sutil.


Una observación sobre la memoria: 


Ningún evento, ninguna manifestación, a pesar de lo rápido o lento que sea, jamás puede borrarse del archivo Skándico de la vida de un ser humano. No existe la más diminuta sensación, la acción más superficial, el impulso, el pensamiento y la impresión que pueda desaparecer del Universo o en éste. Podemos pensar que nuestra memoria no la ha grabado y nuestra conciencia no la ha percibido, sin embargo se inscribirá en las tablillas de la luz astral. La memoria personal es una ficción del fisiólogo. En nuestro cerebro hay células que reciben y transmiten sensaciones e impresiones y, una vez llevado a cabo tal proceso, su misión ha sido realizada. Estas células del presunto "órgano de la memoria", son los receptores y los transmisores de todas las imágenes e impresiones del pasado, pero no son sus conservadores. Bajo varias condiciones y estímulos pueden recibir de nuevo e instantáneamente, el reflejo de estas imágenes astrales, que llamamos memoria, recuerdo y remembranza, sin embargo no pueden preservarlas.


Cuando decimos que uno ha perdido su memoria o que ésta se ha debilitado, es simplemente una manera de hablar. Sólo nuestras células de la memoria están sujetas a la debilidad o a la destrucción. El vidrio de la ventana nos permite ver el sol, la luna, las estrellas y todos los objetos externos claramente, pero si lo rajamos, todas las imágenes serán distorsionadas. Si lo rompemos, sustituyéndolo con una tabla de madera o si bajamos las cortinas, las imágenes permanecerán fuera del alcance de nuestra vista. Pero, ¿podríamos decir, que todas las imágenes: el sol, la luna y las estrellas han desaparecido a causa de esto cuando, al reparar la ventana con un nuevo vidrio, serán reflejadas nuevamente en el cuarto? Existen casos de demencia que han durado por meses y años y se enumeran también ejemplos de largos días de fiebre durante los cuales todo lo que se hizo y se dijo fue inconscientemente. Sin embargo, cuando el paciente se recupera, ocasionalmente recuerda sus palabras y sus acciones completas. El pensamiento inconsciente es un fenómeno, en este plano, que envuelve sólo a la mente personal.
Pero la Memoria Universal conserva todo movimiento, la ola y el sentimiento más diminuto que ondula la superficie de la naturaleza diferenciada del ser humano o del Universo.(1)




Siendo así, parece que la memoria no se encuentra dentro del cerebro, ni circunscripta a la materia perenne, sino que está en los registros akashicos del mundo, esperando pacientemente a que la develemos, usemos o traigamos de nueva cuenta a nuestra mente. ¿Y el cuerpo entonces qué papel juega? 

Un diálogo dilucidador entre el señor X y la señora M:

X. Sin embargo, ¿si después de la destrucción del cuerpo, mi Ego puede sumergirse en un estado de completa inconsciencia, dónde está el castigo para los pecados de mi vida pasada?

M. Según la enseñanza de nuestra filosofía, el castigo Kármico alcanza al Ego sólo en la próxima encarnación.
Después de la muerte recibe únicamente la recompensa por los sufrimientos inmerecidos, experimentados durante la existencia que ha llegado al término. Entonces, aun en el caso del materialista, el castigo después de la muerte, consiste en la ausencia de cualquier recompensa y la completa pérdida de la dicha consciente y del reposo. Karma es el hijo del Ego terrenal, el fruto de las acciones del árbol, que es la personalidad objetiva visible a todos y el fruto de todos los pensamientos y los motivos del "Yo" espiritual. Sin embargo, Karma es también la madre tierna que sana las heridas que infligió en la vida previa, antes de empezar a torturar este Ego con otras. Si se puede decir que en la vida de un mortal no hay sufrimiento mental o físico que no sea el fruto y la consecuencia de algún pecado en esta existencia o en la anterior, se puede también decir que, como él no retiene el más mínimo recuerdo de esto en la vida presente y advierte que el castigo impartido es inmerecido, creyendo sinceramente que sufre por algo que no cometió, esto es suficiente para que se otorgue al alma humana el consuelo, el reposo y la dicha más completos en su existencia ultraterrena.
Para nuestro yo espiritual, la muerte llega siempre como una liberadora y una amiga. En el caso de un materialista que, no obstante su materialismo, no era un hombre malo, el intervalo entre las dos vidas será como el sueño ininterrumpido y plácido de un niño, ya sea sin ensueños o con imágenes acerca de las cuales no tendrá ninguna percepción definida. Para el creyente será un sueño tan vívido como la existencia, lleno de dicha y visiones realísticas. En el caso del ser malo y cruel, ya sea materialista o no, volverá a renacer inmediatamente, sufriendo su infierno en la tierra. La entrada en Avitchi es algo excepcional y raro.






X. Según recuerdo, en algunos Upanishads las encarnaciones periódicas de Sutratma son análogas a la vida de un mortal que oscila, periódicamente, entre el sueño y la vigilia. Esto no me parece muy claro y le voy a decir por qué. Para el ser humano que despierta, empieza otro día, sin embargo él es el mismo, en alma y cuerpo, que el de ayer; mientras en cada nueva encarnación se verifica un cambio integral, no sólo en su 
estuche externo, el sexo y la personalidad, sino también en sus capacidades mentales y psíquicas. Por lo tanto, la analogía no me parece ser muy correcta. El ser que despierta en la mañana recuerda muy claramente lo que hizo el día antes, anteayer, el 
mes pasado y el año anterior. Pero nadie, entre nosotros, recuerda una vida previa o algún hecho o evento pertinente a ella. Por la mañana puedo olvidarme lo que soñé durante la noche, sin embargo sé que he dormido y tengo la seguridad que estaba viva durante el sueño, más ¿qué recuerdo tengo de mis encarnaciones pasadas? ¿Cómo reconcilia, usted, esto?




M. A pesar de todo, algunas personas recuerdan sus encarnaciones previas. Los Arhats lo llaman Samma-Sambuddha o el conocimiento de la serie completa de las propias encarnaciones anteriores.


X. ¿Pero nosotros, los mortales comunes, que no hemos alcanzado Samma-Sambuddha, cómo podemos realizar esta analogía?

M. Mediante el estudio y tratando de comprender más correctamente las características de los tres estados de sueño. El sueño es una ley general e inmutable para el ser humano y los animales, sin embargo, existen diferentes clases de sueño y aun más distintos ensueños y visiones.(2)

El diálogo continúa (quien lo deseé completo puede solicitármelo a ivan@sociedadteosofica.mx) y lo verdaderamente importante es entender que venimos al mundo a aprender dentro de un cuerpo, pero siempre con nuestra parte inmortal, sin despreciar nuestro hermoso templo obra de la ingeniería de la mente superior. Si has llegado hasta acá, no te sientas sólo, te dejo con éste alentador párrafo, con el que caminaremos juntos en este camino sin tiempo:




Millares de hombres y mujeres que no pertenecen a ninguna iglesia, secta y sociedad, los cuales no son teósofos ni espiritistas, son virtualmente miembros de la Hermandad Silente, cuyos componentes a menudo no se conocen; ya que viven en naciones diferentes. Sin embargo, cada uno lleva entre sus cejas la marca del misterioso sello Kármico, convirtiéndole en un miembro de la Hermandad de los Electos del Pensamiento. No habiendo logrado satisfacer sus aspiraciones en las respectivas fes ortodoxas, se han separado de las iglesias en su alma si no en su cuerpo, dedicando el resto de sus vidas al culto de ideales más elevados y más puros que cualquier especulación intelectual pueda ofrecerles. Aunque son una pequeña minoría que uno infrecuentemente encuentra, su nombre es legión, si sólo eligiesen presentarse abiertamente. 



Estos hombres y mujeres dedicados, prefieren seguir a solas y sin ayuda, los vericuetos estrechos y espinosos que se extienden delante de aquél que no reconoce las autoridades, ni se postra frente a la hipocresía. Los impulsa la influencia de esa misma búsqueda ardiente por la "vida en el espíritu y en la verdad", que insta a todo teósofo serio durante años de denigración moral y ostracismo público. Les mueve el idéntico descontento con los principios de la pura convencionalidad social moderna y el desdén hacia el pensamiento de moda aun triunfante.(3)

(1).Diálogos sobre los misterios de los estados después de la muerte. Publicado en Lucifer en 1889 por H.P.Blavatsky.
(2) Op.cit.
(3) El ciclo se mueve. Publicado en Lucifer en 1890 por H.P.Blavatsky
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